Aire limpio y de calidad, el reto de la industria alimentaria

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Las empresas de la industria alimentaria, y todas aquellas que fabrican productos para el consumo humano, deben cumplir con unos altos estándares de calidad en sus procesos productivos. En este sentido, la alta calidad del aire es condición sine qua non para todas las empresas que quieran ofrecer alimentos 100% competitivos, de calidad.

El uso de filtros de aire industriales asegura a todas las empresas una higiene óptima, previniendo la contaminación por microorganismos, polvo y partículas contaminantes del aire que ponen en peligro la seguridad e integridad del alimento.

El aire del interior de las naves industriales debe cumplir ciertas obligaciones de temperatura, humedad y concentración de partículas. Una forma de proteger los productos y a los trabajadores de la empresa. Por este motivo, es necesario introducir aire fresco del exterior en determinadas cantidades, de una forma correcta y controlada, usando filtros que garanticen la seguridad y el tratamiento de este aire proveniente de fuera de las instalaciones.

En este sentido, es necesario hacer un análisis técnico del diseño de los sistemas de ventilación y de los posibles peligros en clave contaminación atmosférica.

Zonas de riesgo de contaminación del aire interior

En este análisis técnico es importante empezar a definir categorías de riesgos, de este modo, se puede realizar una división de la planta productiva, según las zonas y el riesgo que conllevan; no es lo mismo el aire de un almacén que el de una cadena de deshuesado avícola, por ejemplo.

Cada zona de la cadena de producción está relacionada con una parte del proceso por el cual pasa el producto desde que pasa de ser materia prima a producto final. Congeladores, zonas de manipulación de alimentos, zonas de estuchado y/o empaquetado… cada una de estas áreas están sujetas a diversos peligros y amenazas microbiológicas.

  • Zonas de tipo B: son las que tienen un riesgo higiénico normal, moderado. En estas áreas, se debe usar un cuidado del aire preventivo que facilite la contaminación de otras zonas más susceptibles de mayores riesgos.
  • Zonas de tipo M: son las que tienen un peligro medio. Estas zonas deben ser tenidas en cuenta y cuidadas como las anteriores, disminuyendo los peligros futuros en otras zonas más delicadas.
  • Zonas de tipo H: son las zonas de riesgo higiénico alto. En estas áreas es conveniente hacer un muy buen uso de la filtración del aire para garantizar la calidad del producto.

Selección de los filtros de aire

Una vez determinadas las zonas y los riesgos, es el momento de elegir los filtros de aire, con el objetivo de purificar e higienizar la atmósfera interior. Es importante elegir bien, siempre sabiendo qué hacemos. Debemos tomarnos nuestro tiempo y, si tenemos alguna duda, contactar con tu proveedor de filtros de aire. En este sentido, siempre es recomendable que este sea el mismo que los fabrica. De este modo, te aseguras el mejor asesoramiento posible.

Cuando sea necesario separar componentes gaseosos, aparte de polvo y aerosoles, deberán utilizarse filtros de fase gaseosa, por ejemplo, de carbono activado u otros sistemas similares, en etapas de filtrado adicionales. Por otro lado, si la concentración de polvo es alta, deberán emplearse sistemas de extracción eficientes.

En cualquier caso, es recomendable el uso de filtros probados y homologados conforme a las normas como la norma EN ISO 16890:2016 o la ISO 9001:2015 por instituciones como Eurovent o Bureau Veritas.

Si quieres conocer más sobre filtros de aire y cuáles pueden ser de ayuda para tus procesos productivos, ponte en contacto con nosotros y resolveremos todas tus dudas en clave cuidado del aire.

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