Residuos y reciclaje

Tratamiento de residuos orgánicos 

Los desechos orgánicos biodegradables se pueden recolectar o separar de los residuos diversos, con el fin de ofrecer una utilidad como combustible para la generación de energía o como materia prima para la fabricación de abono o fertilizante. Entre las principales clasificaciones de los residuos orgánicos se incluyen estiércol, restos de alimentos, desperdicios de corte y desechos agrícolas.

Los procesos de desintegración anaeróbica (sin oxígeno) se usan para producir biogás, mientras que el abono se fabrica a través de un proceso de descomposición aeróbica (con oxígeno). Cualquier proceso de degradación genera una mezcla compleja de gas, los cuales pueden generar olores desagradables o, en el caso del biogás, un riesgo de corrosión de los motores de combustión. Con nuestra filtración molecular eliminamos estos molestos olores y gases de un valioso recurso para las energías renovables, el compost y los fertilizantes.

La necesidad del tratamiento del aire en plantas de biogás

Reciclar los desechos orgánicos se está volviendo cada vez más importante como una opción viable para sustituir combustibles fósiles. La descomposición de estos desechos da lugar al metano que se utiliza para generar energía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el metano resultante puede contener contaminantes nocivos que pueden producir corrosión o abrasión.

Algunos contaminantes son: Ácido sulfhídrico (H2S), amoniaco (NH3), siloxanos, hidrocarburos aromáticos, halógenos (cloro, flúor) y otras partículas.

Los contaminantes anteriormente mencionados como el ácido sulfhídrico (H2S,  pueden causar daños por corrosión que implican reparaciones y mantenimiento inesperado, disminuyendo así la producción y aumentando los costes. La filtración molecular integrada es generalmente el método más empleado para eliminar el ácido sulfhídrico del biogás previo a su combustión.

Filtración molecular para el tratamiento de olores

Durante el proceso de biodegradación en un proceso aeróbico de los residuos orgánicos se librera gran parte del contenido orgánico volátil de los residuos. Esto crea una mezcla de gases responsables de los intensos y desagradables olores. Uno de los principales componentes son los terpenos, como el alfapineno. 

Nuestra recomendación frente a estos casos como método para controlar los fuertes olores es la filtración molecular. Tanto en salidas de aire del edificio de producción, como en el sistema de ventilación de la planta.

Reciclaje y tratamiento de residuos sólidos

En las plantas de reciclaje de residuos sólidos no solo se emiten compuestos orgánicos volátiles (COVs) molestos y dañosos, también se generan gran cantidad de partículas provenientes de la manipulación constante de gran cantidad de materiales en estado de degradación.

Con el tratamiento del aire es estas plantas no únicamente se protege al medioambiente, también se protege a los trabajadores de las plantas así como a la maquinaria de las mismas.

Los materiales principalmente recuperados en estas instalaciones son residuos sólidos como el cartón, vidrio, plástico, entre otros.

La filtración del aire como aliada para minimizar los riesgos en la salud

En plantas de reciclaje de residuos sólidos existen diversos riesgos que sin una filtración adecuada no pueden ser tratados y son altamente peligrosos. Por ejemplo, un riesgo común en estas instalaciones son las grandes cantidades de polvo generadas debido a los materiales recuperados de origen industrial o doméstico.

Otro inconveniente que ha de ser tratado con sistemas de filtración adecuados es el olor. En estas instalaciones, se generan olores desagradables debido al ácido sulfhídrico, el dimetilsulfuro y los mercaptanos, que incluso en concentraciones bajas pueden ser molestos y un peligro para el equipo humano y industrial.

Por último, otro riesgo que destacamos que se evita con filtración en estas plantas son las explosiones y el posible peligro de incendios. Estas explosiones se deben a que cualquier residuo sólido convertido en polvo puede explotar, incluido el metal.

Procesos relacionados con riesgos de generar problemas

Las plantas de incineración donde los residuos mezclados se queman para la generación de energía también han de tener un control de olores. Durante los períodos de parada de mantenimiento, la filtración molecular será la mejor solución.

Otro proceso donde la filtración molecular será clave es en el transporte de residuos domésticos de zonas residenciales modernas. Estas usan conductos subterráneos que van directamente a la central. En estos casos, se necesitará filtración molecular y de polvo en las salidas del sistema para evitar problemas en zonas muy pobladas.

Tratamiento de aguas residuales

Las plantas de tratamiento de aguas residuales o EDARs son elementos críticos en el desarrollo de cualquier civilización. Las aguas provenientes de procesos industriales o de poblaciones debe ser tratada antes de devolverla a la naturaleza.

Estas plantas no sólo deben tratar el agua, sino también el aire viciado o contaminado que provenga de la emisión de estas aguas. Olores, gases y partículas pueden ser tratadas con las soluciones a medida de Venfilter que te ayudarán a prolongar la vida útil de los equipos, proteger el personal y ahorro energético.

Los malos olores y sus diferentes orígenes

El reto más común en la mayoría de plantas de tratamiento de aguas residuales son los problemas que se presentan derivados los malos olores. Estos se generan en diferentes procesos de tratamiento que provienen de diferentes zonas de la planta. Por ejemplo, zonas de toma, estaciones de bombeo o zonas de lodos residuales.

Usualmente, provienen de los alcantarillados, ya sean industriales o residenciales. Aunque, los contaminantes generados en ambos son completamente diferentes. También puede provenir del desbordamiento de los mismos alcantarillados combinados.

Problemas generados por los malos olores

A menudo pensamos que los olores desagradables solo son un factor molesto, pero obviamos que el proceso de generación de esos malos olores afecta a la salud del personal de la planta, pero también a los equipos. Además, un problema añadido es que estas plantas conforme avanza el tiempo están más cerca de zonas densamente pobladas debido al rápido crecimiento de las ciudades, afectando no solo al personal de la planta, sino a un gran colectivo de personas.

A diferencia de las plantas antiguas, las más modernas están cerradas e incluso se empiezan a construir bajo tierra. Aunque cerrando las plantas eliminamos los problemas descritos anteriormente, se generan nuevos. Como por ejemplo, la acumulación de metano, un gas inodoro pero explosivo. Por eso, la filtración se convierte en un elemento clave para mantener los niveles de metano controlados y seguros.

Además, persistirán los problemas de olores debido a que cuando el aire de ventilación se descarga a la atmósfera, los gases responsables del mal olor característico también se liberan. Por eso, será necesario el control de olores en el sistema de aire de salida.

Problemas generados por la corrosión

Otro problema que deben afrontar las plantas de tratamiento de aguas residuales es la corrosión. Debido a gases ácidos como el ácido sulfhídrico se generan principalmente daños en los sistemas eléctricos de la instalación. Estos ataques a los controles de los ordenadores y dispositivos eléctricos pondrán en duda la fiabilidad de la planta.

Además, si la corrosión no esta controlada con un buen sistema de filtración también puede generar sobrecalentamineto, fallos en las placas o obstrucción en flujos que crearan interrupciones en el funcionamiento de la planta y reparaciones costosas.

¿Cuáles son los contaminantes más comunes?

• • Ácido sulfhídrico
  • Mercaptanos
  • Organosulfurados
  • Amoniaco (NH3)
  • Benceno
  • Efluentes químicos industriales

¿Qué puede ofrecerte nuestra filtración molecular?

Reducir malos olores

La filtración molecular es un método reducirá ese olor característico de las plantas. El sentido del olfato se desarrolla diferente en cada persona. Por eso, aunque pueda parecer que son de percepción baja, debemos asegurarnos de minimizar los niveles al máximo para no generar quejas y malestar.

Proteger tu equipo humano

La exposición a gases descritos anteriormente puede ser muy peligrosa. Por ejemplo, la exposición al ácido sulfhídrico puede provocar pérdidas de conocimiento o el amoniaco tiene efectos corrosivos en la piel, los ojos y los pulmones.

Reducir costes

Algunos de los contaminantes comunes en estas plantas generan daños de corrosión. Si no son controlados con un buen sistema de filtrado puede derivar en problemas estructurales como el derrumbe de alcantarillas o períodos de inactividad costosos.