La calidad del aire en las oficinas

Calidad del aire interior

La calidad del aire es fundamental cuando se habla del confort en las oficinas. Para empezar, debemos tener en cuenta que el aire interior está 5 veces más contaminado que el exterior y gran parte de la población activa se pasa 8 horas dentro de una oficina. La contaminación de las oficinas puede tener orígenes químicos o biológicos, pero en ambos casos la ventilación tiene un gran papel. 

¿Qué pasa cuando hay una mala calidad del aire?  

Lo más común que ocurre cuando la calidad del aire en las oficinas no es la que debería es la perdida de productividad. Podemos llegar a ser hasta un 25% menos productivos. 

Aunque también lo podemos notar en síntomas más físicos. Los más habituales son la sequedad en el cuello y ojos, congestión, dolor de garganta, dolor de cabeza… Aunque también existen algunos más graves como lagrimeo, enrojecimiento, picor, irritabilidad o incluso náuseas.  

También puedes conocer los efectos de la mala calidad en un edificio en nuestro blog “Mejorar la salud de nuestros edificios”.

¿Cuáles son los principales contaminantes en una oficina?  

Existe un reto cuando se quiere encontrar el origen de la mala calidad del aire, debido a que no existe una fórmula cerrada y perfecta que nos diga a que se deben los síntomas que podemos tener.  La contaminación en una oficina puede darse por diferentes fuentes:  

  • Alérgenos como el polen, el polvo que pueden agravar síntomas como la tos. 
  • Monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno NO2. 
  • La humedad que puede ocasionar bacterias o moho. 
  • Sustancias tóxicas que provengan de productos de limpieza, pinturas que pueden provocar dolores de cabeza.  
  • Radón y amianto.

¿Cómo se puede regular la calidad del aire de una oficina?  

Aunque parezca difícil determinar si la calidad del aire es buena o mala, existen ciertas normas que si se siguen mantienen una calidad de aire óptima.  

Si quieres información más detallada sobre la regulación de la calidad del aire en las oficinas puedes mirar las siguientes:  

Además de estas normativas, también existen unas condiciones ambientales que facilitaran una buena calidad del aire recogido en el Real Decreto 486/1997 sobre Lugares de Trabajo.  

Para empezar, la temperatura debe adecuarse a unas normas dependiendo del tipo de trabajo en el que nos encontremos. La temperatura afecta a la calidad del aire, ya que puede favorecer la volatilidad de ciertos compuestos. Si es un trabajo sedentario, es decir, una oficina, por ejemplo, la temperatura debe estar entre 17-27 °C. En cambio, en trabajos más ligeros entre 14-25 °C.  

También existe una renovación mínima del aire de los locales de trabajo. En las oficinas, espacios que se pueden considerar sedentarios se debe renovar 30 m3/ hora.  

¿Cómo mejorar la calidad de tu oficina?  

  1. Ventilación mecánica  

La mejor forma de mantener una calidad del aire óptima es a través de la ventilación mecánica. Un sistema de doble flujo promueve la extracción del aire para renovarlo.  Junto con los recuperadores de calor, recuperan una parte de la energía del aire extraído.  

  1. Ventilación natural 

Si no dispones de ventilación mecánica, el siguiente paso más útil para tener una buena calidad de aire, aunque no es tan efectivo. Puedes abrir las ventanas mínimas 5 minutos para que el aire viciado salga.  

  1. Climatización con filtros 

Otra opción para controlar la temperatura y purificar el aire es la climatización con filtros.  

  1. Materiales saludables  

Por último, los contaminantes químicos que provienen de pinturas, barnices, elementos de la decoración deben ser cambiados a unos que tengas un bajo o nulo índice de sustancias nocivas.  

¿Qué te ha parecido? Quieres saber más sobre como mantener el aire de tu oficina limpio, no dudes en contactar a nuestros expertos en calidad del aire.  

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